Isaiah 49

II. LA OBRA EXPIATORIA DEL SIERVO DE YAHVÉ

Vocación del Siervo de Dios

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1. El carácter mesiánico de este capítulo se impone a cualquier duda. No es ya Ciro el libertador principal sino el Mesías, el cual vendrá en persona para traer la salud. Se describe primero la vocación del Siervo de Dios, luego su misión entre el pueblo judío y los paganos, siendo designados estos con el nombre de islas y pueblos lejanos.
Oídme islas; prestad atención, pueblos lejanos:

Yahvé me llamó desde el seno materno,

desde las entrañas de mi madre

se acordó de mi nombre.

2
2. Cual espada afilada: Imagen de la palabra de Dios que es más aguda que una espada de dos filos (Hebreos 4, 12). La Sagrada Escritura compara la palabra de Dios también al fuego, porque, como dice San Jerónimo, hace que el alma que la recibe sea semejante al oro purificado en el horno. Cf Salmos 11, 7 y nota.
Él hizo mi boca cual espada afilada,

me escondió, bajo la sombra de su mano

me convirtió en saeta aguda,

dentro de su aljaba me tenía guardado.

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3. El Siervo de Dios (aquí el Mesías) es llamado Israel, lo que significa “Combatiente del Señor”, nombre con que Dios había distinguido a Jacob. Véase Génesis 32, 28. Algunos consideran que el nombre de Israel está aquí interpolado. Cf. Lucas 1, 54 y nota.
Y me dijo: “Tú eres mi siervo,

oh, Israel, en ti me glorificaré.”

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4. He consumido mis fuerzas: “Sería negocio infinito, si quisiésemos por menudo decir en cada una obra de las que hizo Cristo lo que sufrió y padeció” (Fray Luis de León, De los Nombres de Cristo).
Mas yo dije: “En vano me he fatigado,

de balde e inútilmente he consumido mis fuerzas;

pero mi causa está en manos de Yahvé,

y mi recompensa en manos de mi Dios.”

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5. Para reunir con Él a Israel: Esto explicaría por qué ninguno de los israelitas piadosos del tiempo de Jesús entendía el misterio de su rechazo y de su muerte. Como observa Fillion, este pasaje “expresa el fin inmediato y directo, que Dios se proponía al enviar su Servidor a la tierra: por Él quería salvar a los judíos”. El Apóstol de las gentes revela el misterio de que esta salvación no quedó revocada (Romanos 11, 1) sino postergada para los últimos tiempos (Romanos 11, 25 ss.). La Vulgata dice: Mas Israel no querrá reunirse: Sería este un notable anuncio del rechazo de la misión mesiánica que encontraría Jesús en su primera venida. Cf. 35, 5; 50, 2 y notas.
Ahora dice Yahvé,

el que desde el seno materno

me formó para siervo suyo,

para conducir a Jacob nuevamente a Él,

y para reunir con Él a Israel

—pues soy glorioso a los ojos de Yahvé,

y mi Dios es mi fuerza—.

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6. Restaurar las tribus de... Israel: Esto se dice de Elías en su segunda venida (Eclesiástico 48, 10). La Liturgia lee este pasaje en la fiesta del Bautista que cumple un oficio semejante al de Elías. De ahí que haya sido propuesta la hipótesis de referir este verso al gran profeta Elías. Sin embargo, San Pablo y San Bernabé parecen referirlo a Cristo cuando lo citan en Hechos de los Apóstoles 13, 47 para justificar su paso a los gentiles cuando los judíos se opusieron a la predicación del Evangelio. Luz de las naciones: Véase 42, 6; Lucas 1, 32; 2, 31 s.
Así dice: “Poca cosa es que tú me sirvas

para restaurar las tribus de Jacob,

y convertir a los sobrevivientes de Israel;

por lo cual te pondré

por luz de las naciones,

para que llegue mi salvación hasta los términos de la tierra.”

7
7. Este versículo sintetiza ambos aspectos del Redentor: lo que San Pedro (I Pedro 1, 11) llama “sus pasiones (Salmos 21 y 68) y posteriores glorias”. Véase 59, 18 y nota. Abominado de las gentes: La Vulgata vierte: la nación abominada. Cf. 53, 3. El Santo de Israel: Yahvé.
Así dice Yahvé,

el Redentor de Israel y su Santo,

al despreciado entre los hombres,

al abominado de las gentes,

al esclavo de los tiranos:

“Reyes verán y se levantarán;

príncipes, y se postrarán

en honor de Yahvé, que es fiel,

por amor del Santo de Israel,

que te ha escogido.”

Liberación de los cautivos

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8. Tiempo de la gracia: Otra traducción: En el tiempo favorable: Véase la aplicación que San Pablo hace de este pasaje en II Corintios 6, 2, al actual período en que Dios nos brinda la misericordia. Cf. Eclesiástico 18, 9 y nota. Véase Salmos 68, 14; 117, 24 y notas. Te he puesto por alianza: Cristo es mediador entre el cielo y la tierra. “Jesucristo, dice San Ambrosio, está pendiente de la Cruz, entre el cielo y la tierra, como un mediador, para reconciliar al nombre con Dios, recibir en su cuerpo las abrasadoras flechas de la ira de Dios lanzadas contra los hombres criminales, impidiendo que lleguen a la tierra, para pagar Él solo y cargar con las iniquidades de todos. Alarga sus brazos en la Cruz en forma de arco, y mientras su Padre lanza sobre su sagrada carne las flechas destinadas a los pecadores, las recibe todas. Pero, por otra parte, ¡oh admirable venganza digna de Cristo! levanta los brazos hacia su Padre, y le devuelve flechas ardientes de oración y de amor para herir su corazón y sacar de allí el perdón de los hombres” (De las vírgenes, libro III).
Así dice Yahvé:

“Al tiempo de la gracia te escucho,

y en el día de la salvación

vengo a auxiliarte;

Yo te he constituido

y puesto por alianza del pueblo,

a fin de restaurar el país

y repartir las heredades desoladas;

9
9 ss. Cuadro de insuperable belleza. Los israelitas que vuelven del cautiverio, son comparados a un rebaño, cuyo pastor es Dios. Nada les falta en el camino. El significado mesiánico es evidente.
a fin de decir a los cautivos: «Salid»,

y a los que están en tinieblas: «Venid a la luz.»

En el camino encontrarán con qué alimentarse,

y sobre todos los cerros (hallarán) su pasto.

10No tendrán hambre ni sed,

no les molestará viento solano ni sol;

porque los conducirá Aquel que de ellos se ha apiadado,

y a manantiales de agua los llevará.

11Convertiré en caminos todos mis montes,

y mis calzadas se alzarán.

12
12. Los desterrados y dispersos vendrán de todas las regiones. La tierra de Sinim (Vulgata: tierra del mediodía), o sea de los chinos, según se admite generalmente, lo cual es en la Biblia un dato interesantísimo sobre el Extremo Oriente y confirmaría el establecimiento de judíos en el interior de Asia en tiempo del cautiverio de Babilonia.
Mira cómo vienen de lejos;

estos del norte y del oeste,

y aquellos de la tierra de Sinim.”

13Cantad, oh cielos, y tú, oh tierra, salta de gozo;

prorrumpid en júbilo, oh montañas;

porque Yahvé consuela a su pueblo,

y tiene compasión de sus pobres.

Consuelo de Sión

14Dijo Sión: “Yahvé me ha abandonado,

el Señor se ha olvidado de mí.”

15
15. Expresión de la admirable ternura paterna con que Dios ama a su pueblo. “Fíe de la bondad de Dios, que es mayor que todos los males que podemos hacer” (Santa Teresa, Vida XIX, 15). Cf. 66, 13; Salmos 26, 10 y notas.
¿Puede acaso la mujer olvidarse del niño de su pecho,

sin compadecerse del hijo de sus entrañas?

Y aun cuando ella pudiera olvidarle,

Yo no me olvidaría de ti.

16
16. Te tengo grabada en las palmas de mis manos: También nuestro nombre está grabado en las manos paternales de Dios, por lo cual todo lo debemos esperar de su fuerza. Dejemos atrás nuestras ideas de prudencia humana y avancemos osadamente con esa audacia que dan la fe y el amor. Cf. Salmos 27, 7; 60, 4; 61, 3.
He aquí que te tengo grabada en las palmas de mis manos,

tus muros están siempre delante de Mí.

17Tus hijos vienen a prisa,

en cambio salen de ti tus devastadores y asoladores.

18
18 ss. La nueva Jerusalén reedificada después del cautiverio de Babilonia, es figura del reino de Jesucristo. A este se le agregarán cada vez más gentes de los pueblos paganos, de manera que la que parecía sola y desamparada, será madre de innumerables hijos espirituales. De ahí el asombro de Sión en versículo 21.
Alza tus ojos en torno de ti y mira:

todos ellos se han congregado para venir a ti.

“Vivo Yo”, dice Yahvé,

que de todos ellos te revestirás como de adorno,

y te los ceñirás como una novia.

19Porque tus desiertos,

tus ruinas y tu tierra asolada,

(todo esto) será demasiado estrecho para los habitantes;

y los que te devoraban se habrán ido lejos.

20Los hijos de tu orfandad

no dejarán de decir a tus oídos:

“El lugar es demasiado estrecho para mí;

dame espacio para habitar.”

21Entonces dirás en tu corazón:

“¿Quién me los ha engendrado?

yo estaba privada de hijos y estéril,

cautiva y repudiada.

A estos, pues, ¿quién los ha criado?

Cuando yo estaba sola, ¿dónde se hallaban ellos?”

Reyes y pueblos servirán a Sión

22
22. El Señor explica a Jerusalén el misterio de su fecundidad asombrosa (versículo 22-26). Véase 19, 23 ss.; 66, 20; Salmo 101, 16 y notas.
Así dice Yahvé el Señor:

“Ved que alzaré mi mano hacia las naciones,

hacia los pueblos levantaré mi bandera;

y ellos traerán a tus hijos sobre los pechos,

y a tus hijas las llevarán sobre los hombros.

23Reyes serán tus ayos,

y sus reinas tus amas de leche;

rostro por tierra, se postrarán delante de ti,

y lamerán el polvo de tus pies.

Entonces conocerás que Yo soy Yahvé

y que jamás serán avergonzados los que en Mí confían.”

24¿Acaso puede quitársele el botín al fuerte,

o escaparse el que de derecho es cautivo?

25
25 s. Fillion anota aquí: “Los principales intérpretes católicos admiten con justa razón que este oráculo va más lejos que el exilio caldeo y que representa también el Israel espiritual, ideal, liberado de la cautividad del demonio.”
Sin embargo, esto dice Yahvé:

“Al fuerte le serán quitados los cautivos,

y al opresor le será quitado el botín,

porque Yo pelearé con los que pelean contigo,

y Yo salvaré a tus hijos.

26A tus opresores les daré de comer sus propias carnes;

y se embriagarán con su propia sangre, como con vino nuevo;

y sabrán todos los hombres que Yo, Yahvé, soy tu libertador,

y tú redentor, el Fuerte de Jacob.
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